UN CUADERNO DE REFLEXIONES PARA EL VOLUNTARIADO.

lunes, 22 de julio de 2013

¿Qué coño hago yo aquí???

Qué coño hago yo aquí

Por:  22 de julio de 2013
Haiti. Foto de Cristobal Manuel
Haiti. Foto de Cristobal Manuel
El otro día estuve con fotoperiodistas, “una especie en extinción” según Walter Astrada. Este fotógrafo y fábrica de tuits y manifiestos a los que me suscribo en su totalidad, explicaba cómo la fotografía es mucho más que una ilustración, es un documento, es una prueba. Manipular o usar ilícitamente una foto es falsear un documento, lo que debería constituir un delito penado, como pasa con otras profesiones. No debemos aceptar el fraude, “si ponemos atención con lo que metemos en nuestra boca, porque no ponemos atención con lo que metemos en nuestra cabeza”. Brutal, pura verdad.
Me impresionó mucho cuando Walter me contó como se había negado durante años a que usaran sus fotos descontextualizadas. “A veces volvía al periódico después de haber asistido a una manifestación y decía en la redacción que no traía nada. ¿Cómo puede ser, no has estado en la manifestación? Sí, he pasado ahí la tarde, había apenas 400 personas. Si lo vais a contar así entonces si tengo fotos pero si vais a decir que participaron 4000 entonces no contéis con mis fotos ni conmigo”. Las fotos deben ir acompañadas de un pie de foto que las contextualice. Y al final todo se resume a una cuestión ética.
El fotoperiodismo en su antigua versión ha muerto. Nos encontramos en un nuevo escenario en el que los fotoperiodistas son freelances y eso quiere decir que los riesgos personales y del equipo que les da comer los asumen ellos solos. Varios me comentaron que ahora en España, la policía les ha llegado a quitar la cámara aunque esto no sea legal. Quizás esto y esa sensación de maltrato por parte de los responsables de los medios, sean las dos cosas que más duelen a los profesionales con los que me encontré.
Y pese a ser una especie en extinción el fotoperiodista es un actor indispensable para la entrada de temas en la agenda pública. Grandes fotos han arrastrado contenidos y algunas de esas fotos han transcendido al propio problema que ilustraban. Yo por ejemplo siempre que pienso en Haití recuerdo la maravillosa foto de Cristóbal Manuel que ilustra este post.
Los fotoperiodistas son además indispensables porque llegan a sitios donde otros no llegan. En mayo, durante el foro de periodismo de ElFaro.net en El Salvador, tuve la suerte de conocer a Rodrigo Abd uno de los 5 fotoperiodistas de la agencia AP premiados con el Pulitzer este año. Rodrigo Abd contaba cómo había llegado hasta el centro del conflicto en Siria, cómo se había encontrado aislado en una ciudad que estaba a punto de de sucumbir ante el ejército sirio, arriesgando su vida, escapando en el último momento por un túnel angosto, y salvándose por los pelos. Explicaba que justo antes de entrar al túnel se encontraba solo en un campo limpio, en mitad de la noche esperando la señal del guía y en ese instante se preguntó: ¿Qué coño hago yo aquí? ¿Qué sentido tiene todo esto, morir aquí solo en Siria? El veterano Ramón Lobo me contaba que él se hizo esa pregunta una vez en Sarajevo en una situación parecida, mientras entre escombros, bombas y silbidos de balas elegían él y el fotógrafo que le acompañaba un espacio en el que refugiarse. Recordamos en esa conversación a tantos periodistas y fotoperiodistas que murieron como José Couso, Juancho Rodriguez, Miguel Gil, Julio Fuentes o Julio A.Parrado.
A toro pasado tanto Rodrigo como Ramón ven un sentido al riesgo que corrieron, el de informar verazmente. Las fotos de los 5 fotoperiodistas premiados con el Pulitzer fueron uno de los pocos testimonios de lo que estaba sucediendo en Siria. Gracias a ellas y a unos pocos testimonios más de ese tipo el conflicto sirio ha tomado unas dimensiones internacionales.
A la pregunta de ¿Qué coño hago yo aquí? La respuesta sería “abrir los ojos de miles personas, contar la verdad a través de tus fotos, visibilizar los problemas de los más desvalidos y contribuir a que la historia no se olvide”.
Defender la ética en su profesión, arriesgarse a ser detenidos o adentrarse en zonas de peligro; del coraje de todos estos profesionales depende el mantenimiento de valores tan básicos como la solidaridad. Sin sus testimonios visuales hay realidades que no existirían. Su supervivencia es una responsabilidad colectiva. Reconocer su valía y su trabajo, apoyarlo, encumbrarlo, sostenerlo directamente o a través de apoyos a estructuras que los acogen, son formas de asegurar que esta profesión, la del fotoperiodista, no desaparecerá.

miércoles, 22 de mayo de 2013

INSTANTES

Si pudiera vivir nuevamente mi vida, 
en la próxima trataría de cometer más errores. 
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. 
Sería más tonto de lo que he sido, 
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. 
Sería menos higiénico. 
Correría más riesgos, 
haría más viajes, 
contemplaría más atardeceres, 
subiría más montañas, nadaría más ríos. 
Iría a más lugares adonde nunca he ido, 
comería más helados y menos habas, 
tendría más problemas reales y menos imaginarios. 

Yo fui una de esas personas que vivió sensata 
y prolíficamente cada minuto de su vida; 
claro que tuve momentos de alegría. 
Pero si pudiera volver atrás trataría 
de tener solamente buenos momentos. 

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, 
sólo de momentos; no te pierdas el ahora. 

Yo era uno de esos que nunca 
iban a ninguna parte sin un termómetro, 
una bolsa de agua caliente, 
un paraguas y un paracaídas; 
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. 

martes, 9 de abril de 2013

viñeta del roto

El hambre no es una cuestión de números. Es cuestión de personas que la sufren. Con nombre y apellidos. Más o menos lejanos, pero seres humanos como el resto que no pasa hambre. Hoy nos lo recuerda El Roto en su viñeta diaria. 

domingo, 24 de marzo de 2013

Guatemala, la memoria traicionada

como pollo sin cabeza: Los Olvidados: Guatemala, la memoria traicionada: Recientemente ha dado comienzo, en Argentina, el juicio a 25 presuntos responsables de las desapariciones de 106 personas, la mayoría urugu...

lunes, 11 de marzo de 2013

¿Qué opina usted del 'fracking'?

Fuente blog 3500 millones.


¿Qué opina usted del fracking? ¿Cómo? ¿Que todavía no sabe qué significa eso?
Pues sepa que la UE, en un ejercicio poco visto por estas latitudes, le está preguntando a la sociedad civil europea qué piensa al respecto de la nueva esperanza blanca del sector energético tradicional. Entérese, por favor, y rellene el formulario.
Tampoco es extraño que usted no sepa nada. En Burgos se enteraron gracias al Boletín Oficial, cuando una filial de REPSOL recibió permiso para realizar exploraciones. En el resto del país se han ido formando plataformas que rechazan la extracción de gas de pizarra ante las serias dudas ambientales que plantea. En Francia y en Bulgaria se ha prohibido por ley, y en otro países y estados de EEUU existen moratorias. No es de extrañar que la UE quiera saber su opinión ante las movilizaciones ecologistas y vecinales para que legisle, y las presiones del lobby energético para que deje llegar el maná del siglo XXI.
En resumen, el fracking consiste en fracturar rocas a más de dos mil metros de profundidad con agua a altísima presión, liberando así el gas que contienen. El agua contiene aditivos especiales que también se acaban quedando atrapados en la roca. Entre otras muchas cosas, existen sospechas de que ese desconocido cóctel químico pueda afectar a acuíferos y a la salud de las personas. Desconocido porque es más o menos tan secreto como la fórmula de la Coca-Cola, ya que no deja de ser una de las bases del negocio y está protegido por patentes. Dick Cheney, el exvicepresidente de EEUU y exdirectivo de Halliburton (una de las empresas con más intereses en su explotación) consiguió que se dejara fuera de la ley de vertidos a este tipo de efluentes, por lo que no existe la obligación de una declaración pública de su composición. Sí, Halliburton, una de las empresas que más se lucró a raíz de la guerra de Irak con ese mismo vicepresidente.
En EEUU se perfora a un ritmo de 30.000 pozos anuales, que tienen una productividad muy baja en relación a los tradicionales. El consumo de territorio es descomunal para mantener el objetivo geoestratégico número uno de Obama y su Administración: dejar de depender del petróleo que importan de países tan inestables o poco amigos como Venezuela, Irak o Angola. Calculan que a este ritmo en 2020 o 2030 volverán a ser exportadores netos de hidrocarburos, reduciendo también la factura militar, que ya saben es superior a la del resto de países del mundo juntos.
No es sorprendente que la UE se sienta tentada de abrir la caja de Pandora y no complicarse la vida con las fuentes renovables. Como Argentina o México, donde las reservas probadas de gas no convencional suponen el 92 y el 87% respectivamente del total de gas, que ahora es rentable explotarlo gracias a la subida de precios y los avances tecnológicos. El presupuesto de México vive en un 40% de lo que genera PEMEX y Argentina tiene problemas de abastecimiento cada invierno, y más que tendrá con la expansión de la agricultura industrializada con la que paga su deuda. Por cierto, el tercer mayor yacimiento del mundo de este tipo de gas, Vaca Muerta, está en el país austral y su descubrimiento algo tuvo que ver en la renacionalización de YPF. Eso seguro que les va sonando ya.
En el fondo, lo peor de todo es que este boom gasístico nos lleve a relajar nuestros esfuerzos en un cambio de matriz energética que ya no puede postergarse más. Por mucho gas y petróleo que sepamos encontrar en el subsuelo, sería estúpido estirar unos años más nuestra dependencia de los hidrocarburos, cuando la cuenta atrás delcambio climático está a un paso de entrar en un punto sin retorno.
Piense sobre todo en eso antes de rellenar el formulario.